El envenenamiento y
la intoxicación se presentan por ingerir sustancias tóxicas que pueden dañar
nuestro organismo. Entre los elementos venenosos más comunes se encuentran los
limpiadores domésticos como el cloro, el detergente y la sosa.
También son muy
dañinos los insecticidas, las medicinas y los alimentos descompuestos.
Cuando nos
percatemos de que una persona ha tragado una sustancia venenosa, no debemos
hacerla vomitar, es mejor transportarla rápidamente al hospital más cercano.
Hay cuatro formas
fundamentales de envenenamiento: inhalación de agentes nocivos (como el humo de
los automóviles), ingestión de venenos, absorción de productos químicos por la
piel e inyección. Al ser ingeridas las sustancias venenosas, afectan al
estómago y al intestino produciendo vómitos, dolor o diarrea. Si se ingieren
corrosivos, se pueden producir quemaduras en labios, boca y estómago con dolor
intenso y lesiones graves.
Muchos productos de
limpieza, como los blanqueadores, son tóxicos, por eso se deben mantener fuera
del alcance de los niños. También algunas plantas y hongos son venenosos.
Algunos venenos
pueden afectar al sistema nervioso produciendo delirio, convulsiones y pérdida
de conocimiento.
Cuando algún accidente de esta naturaleza ocurra:
1. Solicite asistencia médica de urgencia.
|
|
2. Si la víctima está consciente pregúntele qué sucedió.
|
|
3. Si no lo está compruebe si tiene libres las vías respiratorias.
|
|
4. No intente provocar el vómito, si la persona deja de respirar,
aplíquele respiración artificial.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario